14 de setembre 2006

L'ENTREVISTA DEL DIA

Billy Wilder decía que un director tiene que ser policía, comadrona, psicoanalista, adulador e infame. Manuel Huerga no reúne ni una de estas condiciones, y aun así ha llevado al cine la dramática historia de Puig Antich, ejecutado a garrote vil por el régimen franquista. Salvador llega mañana a más de 250 salas.
-¿Es una película política?--Todas lo son, pero en el caso de Salvador es más evidente porque el protagonista está implicado en cuestiones políticas. Puig Antich militaba en el MIL y emprendía acciones armadas. Expropiaba bancos con el fin de trasvasar dinero al movimiento obrero. Su objetivo no era acabar con Franco, sino con el sistema. No aspiraba a un Estado democrático, él luchaba por la ausencia de Estado.
--A los anarquistas no los tiene muy contentos. Le dedican un blog, titulado Manipulador capitalista.--¿Cómo pueden juzgar la película sin ni siquiera verla? No tienen credibilidad. Se creen los conservadores de las esencias de Puig Antich. Me han llegado a decir que, si viviera, me pegaría tres tiros. Piensan que he hecho una profanación, que busco el fenómeno comercial. Los únicos que buscan notoriedad son ellos.
--Muchos personajes están vivos. ¿Hasta qué punto han influido?--He intentado ser fiel a la verdad. Para ello he conversado con todos. Mi intención no era, ni mucho menos, proyectar una hagiografía.
--¿Hubiera podido emprender este proyecto sin el apoyo de las cuatro hermanas de Puig Antich?--El resultado no sería muy diferente. Cualquier persona es libre de rodar lo que quiera. No tengo por qué pedir permiso a nadie. Pero, por solidaridad, respeto y empatía, prefería que la familia se sintiera cercana. No quería traicionar la memoria de Puig Antich. Necesitaba toda la información posible, y la aportada por las hermanas ha sido vital.
--¿Qué le han dicho los protagonistas reales al verse en la pantalla?--Montse Plaza, la novia de la que Salvador estuvo muy enamorado, me comentó que quedaba como una mojigata. Estuvieron juntos mucho tiempo pero nunca pasó nada y no fue por que él no quisiera. Quizá he caricaturizado un poco a algunos personajes para que queden más definidos. Eso es propio del cine. Pero no me he inventado nada.
--¿Qué ha sido lo más complicado?--El cine depende demasiado del azar. Hay tantos elementos en juego, que es un milagro que algo salga perfecto en un rodaje de 14 semanas. El director debe llevar la película a buen término. Es importante la capacidad de improvisación a la hora de resolver problemas. Has de ser flexible. Sorteo bastante bien las dificultades. Suelo tener la cabeza clara.
--¿La escena más difícil?--Me he enfrentado a dos grandes retos: las escenas de acción y la de la ejecución de Salvador. Eran los puntos álgidos de la trama. En el cine español, normalmente hay de todo menos calidad en las escenas de acción. No hay secretos, es cuestión de contar con cámaras y dedicar días al rodaje. A menos que seas Bresson, se requiere tiempo y dinero.
--¿Por qué optó por mostrar la agonía de su muerte?--Lo pensé mucho. Era muy duro, pero desde el principio tenía claro que enseñaría la ejecución. No quería que quedara gore ni morboso. Pero es la única manera de enseñar la verdadera cara del franquismo. Esta escena tenía que ser suficientemente dura para transmitir dolor, pero al mismo tiempo no quería que el espectador se tapara los ojos. Está rodada con cierto pudor, lo reconozco.
--¿Le obsesiona la muerte? Habla mucho de este tema en su web.--No. Incluso diría que no la temo. Solo me da miedo verme implicado en una muerte violenta. Tendríamos que estar familiarizados. Nadie tiene prevista la muerte en su vida. Me duele por las películas que me perderé, por dejar a mis hijos.
--¿Salvador gustará igual en Barcelona que en Valladolid?--Acepto que no guste, pero si alguien se cabrea, no lo entenderé.-
-Quizás suceda, es una herida abierta. El proceso está en fase de revisión por el Tribunal Supremo.--Si alguien se siente ofendido, peor para él. Está basada en hechos reales que acontecen en un periodo reciente de la historia de España, el final del franquismo, una etapa relativamente virgen desde el punto de vista cinematográfico.
--¡Si Landa no paraba de rodar!--Pero no hay películas alejadas de esa España cañí de pandereta, toros, carajillos y Manolo Escobar.
--¿Qué proyecto le aguarda?--Explicar la gran historia de la enfermera Elisabeth Eidenbenz, que salvó a 597 bebés, hijos de madres republicanas, de una muerte segura. Lluís Arcarazo y Jaume Galceran ya trabajan en el guión.
--¿Qué es lo más extraño que le han propuesto?--Extraño, no, pero lo pienso hacer. Dirigir una película porno.--Eso no tiene nada de virgen.
Cristina Savall
elperiodico.com
Free counter and web stats